jueves, 26 de noviembre de 2009


No obstante, pretender en nuestros días que un escolar pueda obtener un buen rendimiento, que pueda "aprender" sostenida y permanentemente, no dejará de ser una aspiración o un anhelo siempre deseado:




* Mientras no se logren comprender cabalmente los verdaderos alcances que en este propósito se encierran
* Mientras no se asuman las responsabilidades que a cada uno nos compete en este asunto, especialmente en la formación valórica
* Mientras no dejemos de ver las cosas desde una perspectiva unilateral y muchas veces parcelada, considerando cada cual nuestros propios puntos de vista.
* Mientras no consideremos "al buen rendimiento escolar" como producto de un proceso, y no como una situación que se pueda improvisar.

La Flojera: ¿Es causa de un bajo rendimiento?

"¡Lo que pasa es que eres un flojo que no sirves para nada! ...¡Tienes que ponerle más empeño a tus estudios!... ¡Te va mal de puro flojo! ...El curso tiene bajo rendimiento porque los alumnos son flojos para estudiar..."

Para nadie resulta extraño escuchar este tipo de expresiones cuando están referidos a un problema de bajo rendimiento, aún más, existe una especie de convencimiento tácito que esto realmente es así, sin embargo habría que preguntarse, ¿qué hay de verdad en ello?

La flojera que puede demostrar un escolar frente a los estudios, solamente es una forma externa de su conducta; fácil de percibir claro está.- Esa falta de ánimo, esa ausencia de interés, el hecho de sentirse cansando, aburrido, fastidiado muchas veces, o no lograr concentrarse, deseo de hacer otras cosas en vez de ponerse a estudiar, constituye el cuadro típico de la "flojera". - No obstante, todas estas actitudes sólo son formas de exteriorizar diversas situaciones internas, "son síntomas y no causas" que generalmente y en forma inevitable conducen al estudiante a no lograr los objetivos propuestos, hecho que en términos negativos comúnmente se define como una situación de "fracaso escolar".

Ahora bien, si dentro de esta circunstancia al alumno se le hace ver en una u otra forma este fracaso, y como consecuencia el propio estudiante..."se siente fracasado", ello naturalmente será un doble castigo que repercutirá fuertemente en su autoestima, en su vida emocional tanto como social, generando una sucesión de respuestas negativas en que finalmente se verá envuelto, y que puede culminar en un estado de desmotivación extremadamente determinante para su vida futura.

Porque más que un simple problema escolar, un "bajo rendimiento académico" es para el estudiante un problema de vida personal.

Por otra parte también cabe hacer presente, que tanto "la flojera" como "la falta de hábitos de estudios" suelen seguir siendo conceptos demasiado repetidos en boca

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